Hasta el momento son varias cabezas de ganado vacuno y equino que han muerto en el caserío de Llanguat y otras comunidades del norte de la provincia de Celendín con una enfermedad repentina que ataca principalmente las articulaciones de los animalitos hasta provocarles la muerte.
Según comentaron algunos pobladores, una de las razones de esta repentina pérdida se debería a la mordedura de murciélagos, que atacan a los animales en horas de la noche.
“Quizás dejan alguna bacteria o virus que termina con la vida de nuestras vaquitas, bueyes o burritos”, comentaron los lugareños.
En ese sentido y conjuntamente con los productores ganaderos solicitaron la inmediata intervención del SENASA a fin de obtener el auxilio oportuno.
Al cierre de esta nota se supo que hasta el valle de Llanguat se constituyó una brigada de veterinarios y técnicos de SENASA quienes evalúan los daños ocasionados, pero además proceder a la vacunación de bovinos y equinos y se adopten algunas medidas de prevención frente a cualquier enfermedad que pueda atacar a la población de animales.
Entretanto se envían muestras de sangre de los bovinos muertos al laboratorio nacional de la mencionada institución para determinar la enfermedad nunca antes vista en estos lugares.
Las instrucciones que han dado los veterinarios son bastante claras: sepultar a los animales muertos a fin de que la enfermedad se propague y contamine los espacios ganaderos.